Después del descubrimiento de la penicilina y de otras drogas antibacterianas se creyó que finalmente, se había logrado desarrollar herramientas para vencer de modo definitivo a las bacterias causantes de enfermedades infecciosas. Esto fue una ilusión, ya que casi simultáneamente con el uso de los antibacterianos se constató la aparición de cepas microbianas resistentes a ellos. En ciertos casos, esta resistencia las volvió prácticamente invulnerables a algunos tipos de bacterias. La resistencia a las drogas constituye una grave amenaza para la salud humana. Para enfrentarla es necesario conocer a fondo cuáles son sus causas y que mecanismos están involucrados en su generación.
La primera idea sobre la posibilidad de una bacteria de hacerse resistente a los antibióticos se tiene al final de la segunda guerra mundial, debió a que los hospitales se administro penicilina de forma indiscriminada.
La resistencia surge como consecuencia de que las bacterias como todos los organismos no son todos iguales de fuerte y debido a mutaciones unas bacterias resistían con mayor eficacia a la penicilina que otra.
En consecuencia una dosis insuficiente de antibióticos, aunque hacia desaparecer que volvían a reproducirse agravando todavía más la enfermedad y haciéndose todavía más resistente.
Las bacterias pueden ser eliminadas por antibióticos pero en cambio los virus el uso del antibiótico es inútil debido a ello intentar curar una gripe con antibiótico es una perdida de tiempo.
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